Muchas veces me da la sensación que nadie me
entiende, que mi mente y mi cerebro funcionan de un modo distinto al de los
demás. A mí, me gusta pensar que soy un alma soñadora, y que en realidad soy
afortunada ya que puedo ver mucho más allá de lo físico, puedo ver la esencia
de las cosas. Creo que en el mundo, existen lugares mágicos que evocan en mí
sentimientos maravillosos. Lugares que me invitan a pensar, a imaginar, a soñar…,
que con el simple hecho de estar allí hacen que en mi mente se despierte la “chispa
mágica” de la inspiración y empiece a soñar despierta. En ese momento todo a mí
alrededor desaparece y empiezan a formarse en mi mente miles de frases,
historias, reflexiones, sentimientos… que resultan verdaderamente maravillosos
y casi imposibles de explicar.
Uno de esos lugares mágicos son las
estaciones de tren, en ellas pasado, presente y futuro, se mezclan con los
amargos llantos de despedida y las dulces lágrimas de los reencuentros. Las
estaciones, están siempre gobernadas en el centro por un gran reloj, juez
implacable que marca el paso del tiempo, y que es siempre un sincero indicador de que los trenes, como las grandes
ideas siempre llegan con retraso. Dicen que el que el tiempo cuando estás
esperando es como si se detuviera y están en lo cierto, pues creo que no existen
en el mundo minutos más largos que los que pasas sentada en el andén esperando
el tren.
Decenas de viajeros anónimos te acompañan en
la espera, junto a ellos descansan sus equipajes, cargados de sueños esperanzas
e ilusiones. Desconocidos y extraños comparten espacio, intentando matar el tiempo con la barbilla
pegada al pecho y la mirada clavada en su Smartphone o en el mejor de los casos
compartiendo conversaciones banales sobre temas superfluos con la persona que
por casualidad se ha sentado a nuestro lado. Personas que por casualidad se han cruzado en tu camino y que quizás jamás vuelvas a ver.
En las vías un chirrido inconfundible anuncia
su llegada, los viajeros en pie ansiosos por subir dejan atrás a sus acompañantes
y desde las ventanas les lanzan besos y sonrisas, para con los ojos brillantes
tomar asiento y disfrutar del viaje. Un nuevo chirrido indica que el tren
empieza su marcha. Mi mirada, se pierde a través de las ventanas observando el
paisaje y las ciudades que dejamos atrás, y dejando que mi imaginación vuele,
pierdo de vista el paisaje para adentrarme en ese mundo de sueños en el que me
gusta vivir, interrumpido de repente por un ¿Está libre este asiento?, y de
nuevo una conversación banal que cada vez se va volviendo más y más agradable y
cuando el paisaje empieza ser conocido
sabes que ha llegado tu hora y has llegado a tu destino.
Dicen que la vida es como un viaje en tren, que
las personas por casualidad “entran en tu vagón” y comparten viaje y vivencias
contigo, algunos suben al principio del trayecto y otros, se van uniendo en el
camino, algunos bajaran antes de llegar al final del trayecto y muy pocos
permanecen a tu lado hasta el final, pero cada una de ellas habrá dejado una
huella en tu corazón. Mira el paisaje, saluda a los que te rodean, compartid
vivencias pero sobretodo disfruta del viaje y nunca dejes de soñar.
¡Comparte y comenta si te ha gustado!
Las lágrimas más sinceras y más sentidas, se encuentran en los aeropuertos y en las estaciones del tren. Y tu metáfora me encanto, porque solo somos pasajeros en esta vida, que al fin y al cabo en algún momento se ha de terminar, por lo mismo, lo mejor es disfrutar (lo mejor posible) del paisaje y de nuestra estancia, sin olvidarnos que, para ser feliz, hay que tratar de serlo.
ResponderEliminarMe siento identificado con tu obra. Es como si tú pudieras sentir lo mismo que yo siento al respecto, sólo que tú si sabes expresarlo y transformarlo en letras sentidas.
Deseo que tengas un hermoso y larguísimo viaje por esta vida y conozcas los lugares más bellos, paradisiacos, recónditos y maravillosos que existan. Que en su momento formes una familia propia y les cuentes de tus viajes.
Sé feliz y gracias por estos gratos momentos de lectura que nos obsequias, porque son como los arco iris que adornan el cielo y nos alegran la vida a los viajeros.
Muchísimas gracias por tus palabras Juan Carlos, creo sinceramente que tu también tienes el don de la escritura, en todos tus comentarios haces reflexiones muy interesantes sobre mis textos, desde aquí te animo a crear un blog (si no lo tienes aún), ya que yo te seguiré encantada.
EliminarTe deseo también que tu viaje de la vida sea largo y acompañado de tus seres queridos.
Un saludo
Neus
Desde luego :) Yo no tengo tanta imaginación como me gustaría pero si que me e sentido identificada pero en mi caso mas que un tren era un autobus jajaja El tiempo de espera es eterno y por el viaje puedes ver muchas cosas :)
ResponderEliminar¡Muchas gracias Una Chica del Monton! La verdad es que si, cuando estas esperando el tren o el autobus ¡¡el tiempo se hace eterno!! Y durante el viaje me encanta mirar por la ventana e imaginar como debe ser la vida en cada uno de los lugares por los que paso.
Eliminar¡Un saludo!
Neus
Hay lugares que tambien me hacen soñar y salir de mi. Me gustan las fotos de las estaciones de tren, lamentablemente en mi ciudad no hay trenes XD Pero si me gustaria algun dia viajar en uno... :3
ResponderEliminarMe han gustado tus lineas y tus sentires... Os mando un abrazo muy fuerte!
¡Muchas gracias por comentar Helena! Yo hasta que no fui a la universidad nunca habia viajado en tren.Después termine aborreciendolos jeje, pero las estaciones sigen despertando en mi miles de sensaciones.
EliminarUn saludo
Neus
Tienes razón. Si sabes disfrutarlo y extraer de él todas las sensaciones que te brinda, el viaje en sí es una experiencia más rica aún si cabe que la llegada a tu destino.
ResponderEliminar¿Muchas gracias Inefable!, claro que sí, debemos extraer de nuestro viaje lo bueno y aprender de lo malo, pero dejarlo de lado, y solo así habrá sido una experiencia enriquecedora cuando lleguemos a nuestro destino.
EliminarUn saludo
Neus