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Mostrando entradas de 2019

Una vez en noviembre

M iró la imponente puerta de hierro que se abría ante ella invitándola a entrar. Dudó unos instantes, pues aquel lugar siempre le había despertado sentimientos encontrados. Quizás era precisamente la paz y el silencio que allí se respiraba, acostumbrada al ajetreo diario de la ciudad con sus miles de ruidos, allí, parecía haber demasiado silencio, demasiada paz. Un silencio tan denso que parecía envolverla por completo. Cuando por fin traspasó el umbral, era como si fuera la única persona en aquel lugar. Se adentró con cautela y solo parecía escucharse el eco amortiguado de sus pasos. Sin embargo, no estaba sola, la gente de su alrededor, susurraba como si temiera interrumpir el descanso eterno de los que un día entraron allí, para no salir jamás. De repente, una pequeña mariposa juguetona, captó su atención, y absorta por su belleza comenzó a seguirla. Con sus elegantes movimientos parecía danzar al son del viento. Ella, hechizada por su belleza caminaba tras ella mirándola su

Con las alas del viento...

Cierra los ojos y escucha atentamente... ¿Puedes oírlo?, el viento del exterior araña los cristales con fuerza, y mece los árboles a su antojo, haciéndolos danzar y entonar agudas melodías. Pero… ¿Es el viento el que realmente mueve a los árboles?, o… ¿Son los árboles los que lo provocan, al moverse en un intento desesperado por escapar de la tierra que los mantiene presos?, ¿Qué es consecuencia de qué? Siempre he desconfiado del viento. Es capaz de elevar casi cualquier objeto a su antojo, a veces, con la suavidad y la elegancia con la que un director de orquesta mece su batuta. Haciéndolo flotar, evadiéndolo de la realidad, y como si de una pluma se tratara, es capaz de elevarlo hasta hacerle casi, tocar el cielo, como si de repente, su peso, no fuera un factor relevante, como si de repente, todos los árboles del mundo danzaran a sus pies. Para luego, sin previo aviso, demostrarle, que ciertamente él es el director de ese espectáculo, dejándolo caer con tanta fuerza