Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2016

Una maleta en el ascensor (Capítulo 1)

Ya era casi de noche, había perdido el autobús, estaba lloviendo y por si fuera poco, como guinda del  pastel en aquel fatídico día, también había olvidado el paraguas en casa. Se sentía furiosa, patosa y desdichada. A cada paso, las finas gotas de lluvia se clavaban en su rostro como pequeñas agujitas. Enfadada con el mundo andaba tan deprisa como sus cansadas piernas se lo permitían. Se detuvo bajo un balcón, a unos 50 metros de su portal para rebuscar entre su  bolso repleto de cosas inútiles, las llaves de casa. Siempre había odiado perder tiempo en el portal buscando las llaves, pensaba, que era el momento perfecto para atacarla por detrás. Entonces, un coche pasó a gran velocidad por su lado dejándola totalmente empapada.  -                   -   ¡CABRÓN!- Le grito furiosa. Parecía, que el mundo se había puesto de acuerdo para recordarle a cada segundo que todo puede ir a peor. Cuando encontró las llaves, encaminó el último tramo que le quedaba hasta su casa, empapada

Os he mentido

Os he mentido, he mentido pero no del tipo de mentira de “Que vestido más bonito”, cuando en realidad lo encontraba horrible. Os he mentido, de la peor de las formas imaginables, os he mentido cada vez que habéis confiado en mí y he fracasado. Os he mentido, porque por más que lo intento no consigo dejar atrás el pasado y superar esa terrible desolación que siento por cada segundo de mi vida que os he hecho sufrir. Os he mentido, cada vez que he prometido cambiar mi carácter, y no lo he conseguido.  Os he mentido, porque no soy ni una pequeña parte de lo que merecéis que sea. Una y otra vez, vuelvo a caer, vuelvo a repetir errores y promesas incumplidas. Todas esas palabras, todas esas promesas se pierden en el aire, condenadas a ser repetidas eternamente para  volver a ser olvidadas solo unos instantes después. Y al volver a fallar, al volver a caer, se enciende de nuevo en mi interior la llama de la culpa, esa estúpida llama que me recuerda lo cobarde que soy. Cuando todos est