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Momentos congelados

El cielo gris casi negro anuncia que se avecina tormenta, otra más del frio invierno. Destellos de luz que iluminan las solitarias calles acompañados de fuertes truenos, dejan paso a incesantes gotas de lluvia que no parecen quererse marchar. Una familia cualquiera, en el calor de su hogar, ahoga las largas horas de las tardes de invierno de un domingo cualquiera, mirando viejas fotografías guardadas en una caja de zapatos y recordando aquellos felices momentos. Fotos en blanco y negro, con los bordes desgastados de tanto mirarlas, y algunas ya casi sin color. Cada imagen arranca una carcajada general al darnos cuenta de cómo hemos cambiado y que rápido pasan los años. Bodas, bautizos, comidas con amigos, fiestas, navidades… y es que antes, cuando solo disponíamos, con suerte, de un “carrete de 32” había que elegir muy bien el momento que inmortalizar y solían ser precisamente eso, momentos verdaderamente especiales.

Ahora, parece que con la llegada masiva de las cámaras digitales y los Smartphone que siempre llevamos encima, las fotos están perdiendo ese valor que tenían. Miramos la vida a través de la pantalla intentando inmortalizar todo a nuestro alrededor, para, en el mejor de los casos subirlas a las redes sociales y  que todo el mundo vea la vida “tan perfecta y divertida” que tenemos, o dejarlas allí olvidadas en la memoria del móvil, hasta que un día por razones del destino perdemos todos los archivos y jamás los podemos volver a recuperar.

Siempre me han fascinado las fotografías, momentos congelados en el tiempo para perdurar eternamente. Tras el “click”, la vida sigue pero ese instante ya ha quedado grabado para siempre, las sonrisas, las miradas, el paisaje, la compañía, los sentimientos… Cuando tengo una fotografía entre mis manos  me gusta imaginar que ocurrió después, de que estarían hablando, de que reían, que miraban, que sentían, quién hizo la foto, porqué…

Recuerdo que cuando era pequeña, pensaba que antes el mundo era en blanco y negro, me resultaba extraño pensar que aquellos niños de las fotos eran mis padres, mis abuelos, gente que no conocía pero que existieron… Me hacía mucha gracia ver a mis padres de jóvenes. Y ahora soy yo la que con mis amigos veo viejas fotos y me doy cuenta de lo rápido que pasan los años, de cómo hemos cambiado y cuantos momentos felices hemos vivido juntos.

Y es que para mí, las fotos son de los pocos recuerdos físicos que nos quedan del pasado, aquellos recuerdos que rescatamos de vez en cuando en familia y sonreímos al recordar los momentos que compartimos y aprendemos e intentamos imaginar como era de diferente todo lo que ahora conocemos, antes de que llegáramos a este mundo. Por eso, tengo muy claro que si tuviera que elegir solamente una  cosa que salvar de mi hogar, después de mi familia, elegiría sin duda las fotografías. Porque ellas nos recuerdan quienes hemos sido, y es bueno de vez en cuando mirar hacia atrás para coger impulso, pero sobretodo para no olvidar nunca de donde venimos.

Comentarios

  1. La verdad es que la fotografías digitales son espectaculares por la resolución, la saturación de los colores, etc., pero carecen de esa magia que tenían las fotos antiguas, en formato físico. Es muy fácil observarlas, entre las manos, el color desvaído de los años, y transportarse a esa época, incluso sentir los aromas que circulaban por aquel entonces.

    Hoy en días sacamos muchas fotos, pero como dices es muy fácil perderlas todas en un santiamén. Nada mejor que una buena política de copias de seguridad, jaja.

    Un saludo.

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    1. Si, por supuesto que ahora la calidad es mucho mayor, pero hemos perdido la verdadera esencia de las fotografías. Como bien dices en una sola fotografía se puede sentir incluso los aromas de la época, siempre me han parecido mágicas, sobretodo las más antiguas, cuando las miro hacen que me pregunte que abría alrededor, quién hizo la foto... Muchísimas gracias por el comentario!! :)
      Un saludo
      Neus

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  2. Y hay una forma diferente de ver las fotos: fijarse en los pequeños detalles del entorno (ese libro que se distingue en la librería, esa lámpara que trae tantos recuerdos, ese jersey con el que un día...)

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    1. Tienes toda la razón, a mi también me encanta fijarme en los pequeños detalles, es maravilloso poder tener esos pedacitos del pasado al alcance de nuestra mano, y poder recordar todas esas cosas tan maravillosas con solo mirarlas. Muchísimas gracias por tu comentario! :)
      Un saludo
      Neus

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  3. Una buena reflexión como siempre. La fotografía es todo un mundo, y creo que aunque las camaras digitales han aportado mucha calidad, ha hecho, como bien dices tú, que la gente no disfrute tanto del momento. Antes hacias una foto o 2 de un espectaculo, ahora de 100 a 200 y no disfrutas tanto del espectaculo. (Me ha pasado)

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    1. ¡Muchas gracias Sergio!Abrir una caja de fotos es como entrar en una maquina del tiempo, sobretodo con las fotos antiguas. A mi me passa igual ahora con los eventos jejeje me paso mas tiempo pendiente de la pantalla del movil haciendo fotos (que luego la mayoria de veces ni siquiera miro) que de disfrutar verdaderamente del espectaculo y atesorar esos recuerdos en la memoria. Una pena..
      Un saludo
      Neus

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  4. Excelent entrada,escrigues lo que escrigues sempre m'encantara perque tens la gracia o el do d'escriure

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    1. Com sempre te dic, Moltíssimes gràcies Javi!! Gràcies a les paraules i els ànims de gent com tu mereix la pena seguir escrivint! :)

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  5. También me encanta la fotografía, es de esos artes donde la foto mas sorprendente suele salir con la peor cámara posible. Extraño mi cámara fotográfica, extraño guardar esos momentos en lo que yo consideraba mi pequeño arte.

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    1. ¡Muchas gracias por el comentario Helena! A mi siempre me ha encantado la fotografía. Yo también extraño la emoción que sentíamos al llevar el carrete a revelar para saber como habían quedado las fotos, cuantas habíamos hecho (porque algunas ya ni nos acordábamos),...
      Un saludo
      Neus

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  6. Hola Neus.

    He pasado por aquí y me ha encantado este post. Yo me considero un poco nostálgica de lo ahora "antiguo", como pueden parecer las fotos familiares guardadas en una caja. Recuerdo de pequeña cómo me aventuré a ordenar todas aquellas fotos en álbumes preguntando y averiguando la cronología de ellas. Creo que desde entonces, nadie más las ha vuelto a tocar en casa de mis padres. Gracias por traer nuevos recuerdos.

    www.despeinadaporloslibros.wordpress.com
    Laura

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    1. Muchas gracias Laura!! A mi me encanta urgar de vez en cuando en esas cajas o albumes viejos y escuchar y recordar las historias que hay detras de cada foto. :)
      Un saludo
      Neus

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