Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2017

Gotas de tiempo

Definitivamente se había convertido en una obsesión, el incesante goteo del grifo del baño se clavaba en su mente y su cuerpo como pequeñas agujitas, casi hasta el punto de volverla loca. Apenas acababa de caer una, su mente ya esperaba con angustia la siguiente. Esas pequeñas gotitas que se precipitaban al vacío a través de las tuberías hacia un destino incierto, le recordaban como se iba escapando su vida gota a gota, segundo a segundo. Muchas noches, cuando el silencio cubría la ciudad con su espeso manto y no se oía nada más, ese incesante goteo le impedía conciliar el sueño. Con el tiempo, se había acostumbrado a esperar acostada en aquel viejo colchón, a que la ciudad y todos sus ruidos despertaran para lograr adormecerse. Curiosamente, se sentía mucho mejor, acompañada por la ruidosa melodía diurna de la ciudad, que por la lenta y solitaria melodía de ese infinito goteo. Aunque a veces, cuando el sueño era más fuerte que su obsesión, se dejaba llevar por Morfeo como una mar

El dueño de tu vida

Puso la mano sobre el frío picaporte de la tienda de libros del barrio, su corazón latía con fuerza. Un segundo antes de entrar, observó su reflejo en el oscuro cristal de la puerta, su cabello indomable se arremolinaba de forma desordenada sobre sus hombros, pasó su mano sobre él enérgicamente para intentar poner un poco de orden, pero no sirvió de nada. Empujó con suavidad la puerta y el tintineo de las campanillas que colgaban del techo anunciaron su llegada. Con la mirada baja entró acelerando el paso, mirando de reojo al joven tendero que tras el mostrador leía distraído el diario del día, hizo un pequeño gesto con la cabeza a modo de saludo. Se adentró entre las estanterías con el nerviosismo típico de una primera cita, al pasar junto a ellas observaba a un lado y al otro. Rápidas miradas fugaces, con eso siempre bastaba. Entonces un libro le llamó la atención, era pequeño y parecía bastante viejo, seguramente llevaba muchos años aguardando entre aquellos polvorientos estan