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Una vida en la pecera (Capítulo 1)


Tras un “click” todo su sueño se desvaneció. Sofía emitió un leve gemido y sus ojos se
entreabrieron poco a poco. Al otro lado de la pared, podía oír los ronquidos y la arrítmica respiración forzada que emitía su nuevo vecino, que ajeno a las noches de insomnio de Sofía, seguía sumido en un profundo sueño. Miró hacia su izquierda con la convicción de que el reloj digital que reposaba sobre la mesilla de noche marcaría la hora maldita, las 5:55 AM y efectivamente, así era. Cada noche, desde hacía casi dos años su sueño se interrumpía a la misma hora, las 5:55 AM. Trató de mantener la calma y no caer de nuevo en la trampa. Respiró profundamente, cambió de posición e intentó dejar la mente en blanco, pero de nuevo, le fue imposible.


Como una bofetada apareció el primer pensamiento de culpabilidad: aquella vez que no avisó a un cliente cuando se dio cuenta que le había cobrado de más. Volvió a respirar hondo, pero otro pensamiento apareció de golpe casi sin darle tiempo a reaccionar, la pelea que tuvo con su ahora exmarido pocos años atrás por haberse comprado aquella chaqueta tan cara que al final solo había usado un par de veces y que por cierto… ¿Dónde la había dejado?, ¿Cuál había sido la última vez que la había usado?..., uno tras otro esos pensamientos seguían apareciendo sin control para atormentarla una noche más, los remordimientos de por qué no recibía de una vez la llamada para el trabajo de sus sueños, las continuas discusiones con sus padres por no ser más ambiciosa… y al fin apareció, el peor de todos, el recuerdo borroso de aquella maldita noche de borrachera de hacía casi dos años, aquella fiesta en la playa en la que había ocurrido aquello tan horrible y en cómo había huido asustada como una cobarde sin decir nada a nadie… Pensamientos de culpabilidad se agolpaban en su cabeza cuál moscas en un plato de comida un día de verano, y que por más que intentara ahuyentarlos volvían de nuevo a su cabeza como vuelven una y otra vez las moscas al plato de comida. Se le revolvieron las tripas, su estómago se iba encogiendo poco a poco y sentía como si con un cuchillo desde dentro la partieran en dos. Entonces lo tuvo claro, de nuevo una noche más sería incapaz de volver a conciliar el sueño.

Se dirigió hacia el baño y tras lavarse la cara, paró un momento a mirarse al espejo, y un rostro pálido y demacrado le devolvió la mirada; ya casi no se reconocía. ¿Qué había sido de aquella chica llena de sueños e ilusiones?, ¿Dónde estaba su permanente sonrisa? ¿En qué momento, su vida se había desmoronado como un castillo de naipes? Tras desayunar, como cada día se encaminó hacia el pequeño bar donde trabajaba y pasaba la mayor parte de las horas. Todos los días eran iguales, largas horas detrás de aquella barra sirviendo copas de cerveza a viejos borrachos que no tenían nada mejor que hacer que ir allí a beber hasta perder casi la razón y  así, ralentizar el máximo posible la vuelta a casa para intentar evitar enfrentarse la triste realidad de sus miserables vidas. Al fin y al cabo así eran en ese pequeño bar del centro de la ciudad todos los días, las mismas historias y la misma gente. 

Apoyada tras la barra miraba absorta como la lluvia iba mojando los cristales del bar, y dibujando con sus gotitas formas imposibles de adivinar. Tras la ventana, en el callejón las siluetas borrosas de aquellos más previsores que llevaban paraguas, se mezclaban con los que corrían en busca de cobijo bajo algún toldo o balcón. Pero incluso eso, allí dentro no era ninguna novedad. Aunque decenas de personas entraban y salían del bar cada día, ella se sentía allí encerrada tras esos cristales como un pez en una pecera, viendo el mundo exterior pero sin poder disfrutarlo.


Mientras preparaba un café oyó como se abría la puerta, no necesitaba girarse para saber quién era pues la hora y el fuerte olor a tabaco lo delataron. Cada día desde hacía aproximadamente… ¿Un par de años o… eran tres?, a la misma hora volvía, un extraño señor vestido siempre con una gabardina, un sombrero y un libro bajo el brazo. Ese ser solitario parecía estar siempre esperando a alguien. Pidió de nuevo dos cafés y dejó una taza olvidada en la mesa de al lado, sentándose a observarla distraídamente como si tuviera la esperanza de que esa vez sí que llegara su acompañante. Mientras esperaba, se sumergió de nuevo tras las páginas del libro que siempre lo acompañaba.

Cuando pasaban ya 35 minutos de las once de la noche, ella se acercó casi con miedo hacia ese misterioso señor para indicarle que era hora de cerrar. Él educadamente se disculpó y  se marchó. Mientras barría algo llamó su atención bajo la mesa en la que había estado sentado el hombre de las sombras, como a ella le gustaba llamarlo. Un trozo de papel pulcramente doblado reposaba abandonado en el suelo. Con cierta intriga lo recogió y tras un impulso irrefrenable lo abrió para leerlo. Se trataba de una hoja arrancada de un periódico, nada con importancia. Pero de repente algo llamó su atención. Su mirada se detuvo en un pequeño anuncio que habría pasado desapercibido para cualquiera, pues no tenía nada especial y su texto carecía de sentido “En la vida, las personas, mientras quede alguien  que nos recuerde y nuestra luz siga brillando en sus corazones y sus recuerdos, realmente nunca llegaremos a morir, rezaba el texto acompañado por tres diminutas estrellas y un número de teléfono. Su corazón bombeaba con fuerza dentro de su pecho, pues un terrible presentimiento se había apoderado de ella.

Sin casi poder evitarlo como si una fuerza sobrenatural la empujara a hacerlo, tras sacar su teléfono del bolsillo de su delantal marcó con la mano temblorosa el número del anuncio; al tercer tono cuando ya estaba a punto de colgar arrepentida por la tontería que acababa de hacer alguien al otro lado descolgó. En un primer momento no se distinguía nada más que una respiración forzada. Quería colgar pero parecía que una fuerza invisible le impedía hacerlo, entonces una voz profunda, casi de ultratumba susurró en su oído unas palabras, que le helaron la sangre.

-          -  “Sé lo que hiciste…”

Sus manos perdieron la fuerza y el móvil se precipitó hasta caer en el suelo, su corazón palpitaba con tal fuerza que parecía que de un momento a otro se le iba a salir del pecho. Cerró la puerta del bar y salió despavorida corriendo hacia la protección de su hogar.

En las calles, la luz tenue de las farolas alargaba las sombras de todos los objetos a su alrededor dándoles un aspecto fantasmagórico.  No había nadie por allí, sin embargo ella tenía la sensación que tras cada esquina, tras cada ventana, alguien la observaba, alguien que sabía  que había ocurrido hacía ya casi dos años a las 5:55AM, algo que ella aún era incapaz de recordar con claridad.


CONTINUARÁ…

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Comentarios

  1. Un genial relato lleno de misterio, y solo está empezando. A la espera de la continuación me quedo. Un saludo.

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    1. ¡Muchas gracias Óscar! Me alegra que te haya gustado, la verdad es que lo estoy escribiendo con mucha ilusión, ya tengo el segundo capitulo a la mitad, lo publicaré la semana que viene.
      Un saludo
      Neus

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    2. Neus me ha gustado mucho el primer capítulo y ya estoy enganchada, y con ganas de leer el segundo

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    3. Muchas gracias Gema!! La semana que viene publicaré el segundo capítulo. No sabes lo feliz que me hace que os guste!! :D

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  2. Com te vaig dir l'atra vegada cada entrada que publiques hu escrius d'una manera que fas que m'encante es imposible que no m'agrade

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    1. Moltissimes gràcies per les bones paraules que sempre em dediques javi ;) m'encanta poder compartir tot el que escric en vatros!!

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  3. Respuestas
    1. ¡¡Moltíssimes gràcies Dolors!! Ja tinc casi acavat el borrador del segon capítol :)

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  4. Como de costumbre, muy buen relato, lo único malo... la espera hasta el siguiente capitulo. :)

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    1. Muchisimas gracias Sergio!! El miercoles publicare el segundo capítulo (espero no defraudar) jeje
      Un saludo
      Neus

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  5. Hola! Muy buen relato, y muy bien escrito. La verdad me gustó mucho, y me parece buena la manera en que termina en suspenso.
    Un gran trabajo sin duda, ya me voy a poner las partes siguientes. Saludos!

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    1. Muchisimas gracias Vocación Literaria! Si terminas de leer la historia me encantaría saber tu opinión final! :)
      Un saludo
      Neus

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