Solo cruzar la puerta, tras la
que me espera, una sensación de nerviosismo y felicidad invade mi cuerpo. Con una
rápida mirada basta. Siempre hay uno, que destaca entre los demás. Poco a poco
me acerco a él estirando la mano para alcanzarlo. Cuando mis dedos rozan su fria superficie ya puedo sentir la magia que oculta, sus secretos. Entre mis
manos lo observo, siempre hay algo en él que lo hace diferente a los demás, el
color, su apariencia, su imagen… Tras un rato de contención me dispongo a descubrir
que esconde, y casi siempre acierto. Es difícil elegir, pues atrás quedan otros
miles, quizá mejores, pero la decisión ya está tomada.
Lo siento, caminando junto a mí
y las ganas de llegar a casa para desentrañarlo son inmensas. A veces, apenas
puedo resistirme y solo salir de su “santuario” tras unos instantes de
contención, lo abro. Resulta, casi indescriptible la sensación que siento justo
antes de abrir un libro: pensar en todo lo que ha dejado el autor plasmado en
él, pues, pienso que en cada libro, el autor deja un “pedacito de su alma”. Mis
pasos inconscientes ya saben el camino, y mi mirada, se pierde entre sus
páginas.
Los principios nunca suelen ser
intensos, y la magia va llegando a medida que te adentras en la historia. Pero
en ocasiones, el inicio es tan fascinante desde la primera página que no puedes
soltar el libro hasta que llegas al final.
Cuando estoy leyendo, todo desaparece a mí alrededor, solo existimos él y yo, y el tiempo vuela, y siento que formo parte de su historia, deseo saber más y más sobre él, desentrañar sus secretos y llegar al final.
Cuando estoy leyendo, todo desaparece a mí alrededor, solo existimos él y yo, y el tiempo vuela, y siento que formo parte de su historia, deseo saber más y más sobre él, desentrañar sus secretos y llegar al final.
Los finales son siempre
agridulces, deseo llegar al final, pero cuando llega, siento que
despido a un amigo, que me ha acompañado durante días, semanas y que nunca
volveré a disfrutar de su compañía como la primera vez, siento un vacío en mí
interior que solo conseguirá llenar alguien como él.
Me parece muy triste que los jóvenes no adquieran hábitos de lectura, bien he de reconocer que con la tecnología que tenemos a nuestro alcance resulta difícil sentir atracción por libros de papel, incluso yo dejé la lectura apartada durante meses, pero como dije en una entrada anterior quería volver a leer, y lo he conseguido. En apenas una semana he terminado el libro de “El prisionero del cielo” de Carlos Ruiz Zafón, una obra maestra como todas la suyas.
Desde aquí me gustaría
recomendaros algunos de los últimos libros que me han gustado especialmente:
“El psicoanalista” de John
Katzenbach
"Feliz aniversario doctor, bienvenido al primer día de su muerte". Así comienza el anónimo que recibe el psicoanalista Friederick Starks, y que le obliga a emplear toda su astucia y rapidez para, en quince días, averiguar quién es el autor de esa amenazadora misiva que promete hacerle la vida imposible. De no conseguir su objetivo, deberá elegir entre suicidarse o ser testigo de cómo, uno tras otro, sus familiares y conocidos mueren por obra de un psicópata decidido a llevar hasta el final su sed de venganza.
“Sin una palabra” de Linwood
Barclay
Es una mañana que no olvidará jamás. Cynthia Archer, de quince años, despierta con una fuerte resaca y temiendo la inevitable confrontación con sus padres. Pero cuando sale del dormitorio no encuentra a nadie. No ve a sus padres, tampoco a su hermano, Todd. De repente. Sin dejar rastro. No están. Veinticinco años después, Cynthia sigue con varias preguntas y ninguna respuesta. ¿Asesinaron a su familia? Si fue así, ¿por qué a ella no? Y si están vivos, ¿por qué la abandonaron de un modo tan cruel? Cynthia tiene ahora su propia familia, y una hija. Teme que les vuelva a ocurrir lo mismo, por eso accede a participar en un programa televisivo sobre el extraño suceso, con la esperanza de que aparezcan nuevas pistas o de que su padre, su madre o su hermano se pongan finalmente en contacto con ella. Lo que llega es una carta que le pone a Cynthia los pelos de punta. Quizá revolviendo el pasado haya cometido el peor error posible.
“El jardín olvidado” de Kate Morton
Es una mañana que no olvidará jamás. Cynthia Archer, de quince años, despierta con una fuerte resaca y temiendo la inevitable confrontación con sus padres. Pero cuando sale del dormitorio no encuentra a nadie. No ve a sus padres, tampoco a su hermano, Todd. De repente. Sin dejar rastro. No están. Veinticinco años después, Cynthia sigue con varias preguntas y ninguna respuesta. ¿Asesinaron a su familia? Si fue así, ¿por qué a ella no? Y si están vivos, ¿por qué la abandonaron de un modo tan cruel? Cynthia tiene ahora su propia familia, y una hija. Teme que les vuelva a ocurrir lo mismo, por eso accede a participar en un programa televisivo sobre el extraño suceso, con la esperanza de que aparezcan nuevas pistas o de que su padre, su madre o su hermano se pongan finalmente en contacto con ella. Lo que llega es una carta que le pone a Cynthia los pelos de punta. Quizá revolviendo el pasado haya cometido el peor error posible.
“El jardín olvidado” de Kate Morton
En vísperas de la Primera Guerra Mundial, una niña es abandonada en un barco con destino a Australia. Una misteriosa mujer llamada la Autora ha prometido cuidar de ella, pero la Autora desaparece sin dejar rastro Un terrible secreto sale a la luz . En la noche de su 21 cumpleaños, Nell O'Connor descubre que es adoptada, lo que cambiará su vida para siempre.
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