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Abril

Las cortinas se movían inquietas aquella mañana de domingo, parecía que abril, había empezado con fuerza. El sol brillaba en lo alto del cielo, y una brisa moderada lo acompañaba de la mano, convirtiéndose en una combinación perfecta que invitaba a salir a la calle para disfrutar de su suave caricia en la piel. Pese a todo, ella seguía en el interior de su casa junto a la ventana, reposando en aquella suerte de sillón que a fuerza de usarlo, se había acostumbrado a las formas de su cuerpo.  Ella, siempre tenía los pies fríos y encogida bajo una manta, sus ojos cerrados se movían al son de sus sueños.

Sobre su regazo, descansaba aquel intenso libro que hacía apenas unos días había empezado a leer y del que le ya era imposible separarse durante los pocos ratos libres, que la vida adulta le regalaba. Siempre había imaginado a los personajes de los libros, esperando pacientes entre sus páginas a que alguien les diera la oportunidad de tomar forma en su mente y escucharles contar su historia, su imaginación no tenía límites y era seguramente por eso que ninguna película basada en algún libro que hubiera leído, había igualado nunca sus expectativas.

Era domingo, 1 de abril. Los domingos, eran sin duda su día favorito de la semana, el final de un ciclo, y el inicio de otro. Una nueva oportunidad para empezar de cero, y solventar los errores. Y aquel domingo, primer día de abril parecía tener aún más poder de renovación. Porqué también abril se le antojaba como el inicio de un nuevo ciclo.

Pues es en abril cuando el sol va ganando fuerza y poco a poco los días se vuelven más largos y cálidos y todo vuelve a renacer. El cuerpo parece despertar del largo letargo del invierno y una gran fuerza invisible, nos empuja a salir a la calle a disfrutar de un mundo que se levanta de nuevo para recibirnos con la mejor de sus sonrisas, las calles, se visten con los más vivos colores y todos, todos, parecen mucho más felices.

Como cada año, las golondrinas vuelven puntuales a sus residencias de verano, y cada mañana, cuando los primeros rayos de sol empiezan a despuntar por el horizonte, nos despiertan con sus alegres cantos para que no desperdiciemos ni un solo segundo de ese nuevo día.


Hagámosles caso, disfrutemos con alegría de los momentos de sol y felicidad que nos regala la vida. Porque como todas las cosas, abril y la vida, son efímeros y no sabemos cuándo unas nubes negras van a empañar nuestros días de sol. Levantémonos cada día con una sonrisa, disfrutemos del sol, el mar el canto de los pájaros y de todo aquello que la fuerza de la costumbre nos ha hecho olvidar, y demos gracias porque mejor, o peor, es nuestro momento y estamos aquí y ahora porque esta es nuestra historia, y eso, al fin y al cabo es lo que cuenta.



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Comentarios

  1. Un texto lleno de luz y positividad. Así es un placer estrenar un nuevo mes :)

    Muy bonito, Neus.

    ¡Un saludo!

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  2. Como siempre, genial! Me encanta que seas tan positiva, tendré que aplicármelo a mí misma! ;) Un besoo!

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    Respuestas
    1. Muchisimas gracias Judit!! Intento ser positiva, pero... la teoria es mucho mas fácil que la practica! Jejeje. Un beso! :)

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